Lo primero que hice cuando salí de la escuela de cine fue filmar bodas. Lo que comenzó como un trabajo para pagar facturas se convirtió en una aventura de seis años donde aprendí sobre mi profesión, la vida y la amistad.
Un día, el video periodismo se cruzó en mi vida y se convirtió en otra aventura: volcanes en Islandia, auroras boreales en Noruega, un mundial en Brasil, viajes y un sinfín de historias que contar.
Me casé, soy padre y quiero viajar menos y estar más en casa, disfrutando de esa nueva aventura.
Junto a mi socia, fundamos La Cerilla Films, una productora dedicada a contar historias. Sin embargo, algo sigue rondando mi mente: Germán, ¿por qué sigues pensando en volver a filmar bodas?
La respuesta es simple: porque en las bodas, en su parte más pura, en su esencia, están las historias que hay dentro. Eso es lo que me ha impulsado a volver al origen.
Quería que Calima Wedding Stories fuera un proyecto donde lo más importante fuera contar vuestra historia de amor. Por eso, es un vídeo de boda solo apto para parejas con una historia que contar. Porque es más que un vídeo de boda, es vuestra historia de amor como nunca ha sido contada.
Una Calima Wedding Story es la película de vuestra historia de amor, es el vídeo de vuestra boda, es el legado de cómo decidisteis dar el paso de casaros.
Cada Calima Wedding Story es única, porque cada historia es única y cada historia tiene su propia forma de ser contada.